miércoles, 28 de diciembre de 2011

Miscelánea 2011

Mi cabeza es un puto tsunami de cavilaciones inanes. Vuelan ideas y gilipolleces sin ningún orden. Ideas que me agitan y gilipolleces que me hacen preguntarme acerca de otras gilipolleces mayores. Mi cerebro es una gigantesca miscelánea de sinsentidos que se agitan enérgicamente en función de mi estado de ánimo. En resumidas cuentas, que soy un ser humano más. Y como tal me gusta el orden: las categorías, los calendarios, los relojes, la primavera, el verano y el otoño, el norte y el sur, oriente y occidente, mi madre y mi padre…

1 - Lo cierto es que ser humano no está tan mal. Tiene sus pros y sus contras, pero aun así parece mejor que ser por ejemplo, un pato. Un pato es un animal ridículo. Vive en estanques putrefactos y se alimenta de bichos muertos o, en el mejor de los casos, de pan caducado. Además un jodido pato puede morir a manos de un humano dominguero que haya salido de cacería. Eso es lo que marca la diferencia entre especies. Somos los que dominamos. Si estamos en la élite de la evolución no es por nuestro cerebro, sino porque somos capaces de cargarnos al resto de especies que cohabitan con nosotros.

2- Marx estaba equivocado. El leitmotiv de la historia no ha sido la lucha de clases, sino el puro conflicto. Entre quien sea. La historia de la humanidad ha sido, y seguirá siendo, un reguero de sangre, tripas y cerebros destrozados. Y en esos conflictos el enfrentamiento entre la clase dominante y los subyugados es de un porcentaje ínfimo. Una gran parte de matanzas sanguinolentas se han dado entre miembros de la clase dominante, ansiosos de poder y con ninguna gana de gestionar pacíficamente la competencia. Si algo bueno tiene el capitalismo es que modificó la metafísica occidental hasta tal punto que la competencia es algo innato ya en nosotros. Quizá por eso las guerras han disminuido y ahora se trasladan al ámbito económico.

3 - Ningún período de la postmodernidad había tenido tantas revueltas sociales por tantas partes del planeta a la vez: revueltas árabes, 15 – M, ocupación de Wall Street, hooligans londinenses saqueando la ciudad (a mi ésta última es la que más me gustó). Si bien cada uno de éstos movimientos han tenido orígenes y causas distintas, todos comparten algo en común: la tremenda insatisfacción existente entre la clase media-baja. Podría parecer pues que Marx no estuviera tan desencaminado si al fin y al cabo sigue existiendo un conflicto entre clases. Pero no es un conflicto armado. No he visto derramar sangre ni he visto verdaderos enfrentamientos. Sólo los jóvenes británicos que entraron cual corsarios en los centros comerciales de la gran ciudad inglesa a saquearlos, tuvieron algunos brotes de vehemencia. Pero aquello fue vandalismo y se equivocaron de objetivo. Aun así fue con mucho lo más efímero y tuvo bastante repercusión. Se pudo palpar el miedo de la clase dominante.

4 - Este 2011 hemos acudido al encumbramiento de otro ídolo postmoderno: Steve Jobs. Es un reflejo fiel de la época que vivimos. Nunca vi tanta elucubración hacia un personaje tan alejado de la política o el pensamiento. Estamos sustituyendo los grandes cajones ontológicos. La tecnología va ganando terreno, y más que lo hará, porque se retroalimenta y lo va engullendo todo. Encaja perfectamente con el neocapitalismo actual. El puzzle se va completando.

5 - El deporte también se está convirtiendo en una brújula de la inacción actual. Esto no es del todo aciago. El deporte siempre ha estado ahí y tiene esa magia de la identificación etérea del pobre con el ídolo triunfante. David haciéndose paso entre un mundo de Goliats. Pero hay ciertas fronteras que son delicadas traspasar. Barreras que suponen entrar en terrenos fanganosos no aptos para todas las mentes. Eso está ocurriendo con el deporte y con Steve Jobs. Las librerías están inundadas de biografías de éste último y de biografías de héroes de la primera categoría. Chicos que no superan la treintena con historias de su vida en papel, escritas por otras personas, para un gran público. Ejemplificando valores. Solidaridad, tranquilidad, amistad, armonía, parecen ser las claves del éxito. En esas mismas librerías donde se ha puesto de moda un binomio socrático con tintes paternalistas: optimismo-felicidad. Haciéndonos ver que ambos van unidos, entrelazados. Elementos sine qua non.

6 - Juro que he leído este año tres libros con esta temática y lo único que he conseguido ha sido deprimirme más. En uno de ellos el autor, Eduardo Punset, empezaba así: “hace poco más de un siglo, la esperanza de vida en Europa era de treinta años, como la de Sierra Leona en la actualidad: lo justo para aprender a sobrevivir, con suerte, y culminar el propósito evolutivo de reproducirse. No había futuro ni, por lo tanto, la posibilidad de plantearse un objetivo tan insospechado como el de ser felices. Era una cuestión que se aparcaba para después de la muerte y dependía de los dioses” Desde luego que no es una buena manera para empezar un libro. La esperanza de vida en Europa subió notablemente pasada la Edad Media y el tema de la felicidad ya se lo preguntaron los antiguos griegos hace más de veinte siglos. Determinar el estudio de la felicidad a tus años de vida, le resta importancia a la propia felicidad. Y a tu propia vida. El libro por supuesto confecciona un mundo idílico, donde todos podemos ser felices pensando en positivo y siendo optimistas, pero no hay rastro de las injusticias sociales ni de la tasa de paro actual en todo el occidente europeo. Tratar de hacer felices a la gente a través de la literatura es un propósito muy loable. Pero hacerlo sin nombrar al menos las causas de la desesperanza es directamente una tomadura de pelo. Es como si te invitaran a una fiesta en una lujosa mansión y una vez llegados te dicen que tienes que construir la mansión, comprar las bebidas y los hielos e invitar a la gente.


7 - ¿Dónde quedaron los pensadores de la humanidad? ¿A qué han sido relegados? Me fascinan las ideas de los grandes hombres. Sobre todo en la Edad Moderna. Hume que se cuestionó el conocimiento científico, Kierkegaard que tenía más bien poco de optimista, Sartre que convulsionó a media Europa en el 68. Adoro a estos tipos. Sacuden el mundo. Ahora que lo pienso, no sé cómo era físicamente Hume ni Kierkegaard, me cuesta imaginarme la cara de Sartre. Sin embargo, en las biografías de Steve Jobs la portada es su rostro. Es ÉL, inundando el libro de modo megalómano. Me recuerdan a los autorretratos que mandaban pintar los monarcas de antaño. Poder, magnificencia, control.


Mi cabeza es un puto tsunami de cavilaciones inanes. Vuelan ideas y gilipolleces sin ningún orden. Ideas que me agitan y gilipolleces que me hacen preguntarme acerca de otras gilipolleces mayores. Mi cerebro es una gigantesca miscelánea de sinsentidos que se agitan enérgicamente en función de mi estado de ánimo. En resumidas cuentas, que soy un ser humano más. Y como tal me gusta el orden: por eso acabo los textos igual que los empiezo.

5 comentarios:

  1. Me encanta lo de Punset. Creía que yo era el único que veía en él a un economista del sistema que se dedica ahora a la divulgación científica, pero cuyos valores subyacentes son los neoliberales imperantes.
    La reflexión sobre la lucha de los poderosos y la escasa, o nula importancia, que daban a las personas que utilizaban para saciar su ambición es fantástica.
    Te deseo que disfrutes de los momentos felices, ese es el secreto y no otro, en cualquier momento y que tengas muchos momentos felices en 2012.
    Un saludo.

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  2. Una entgrada que se convierte en un maravilloso artículo de opinión. Interesante leer, releer y reflexionar sobre tu texto. Gracias.
    No obstante para un misántropo e iconoclasta como yo, mejor ser un pato.
    Un fuerte abrazo y feliz 2012.

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  3. El inventor del texto capicua no puede ser nunca fuente de gilipolleces, muy al contrario.
    Un post muy interesante.

    Salu2

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  4. Los libros que nos prometen felicidad son como el coitus interruptus. Tenemos que aprender que la felicidad no está más allá del libro. Se lee por el placer del libro pero que luego te vayan a salvar la vida unas páginas escritas por un individuo que no debe ser mucho mejor que tú hay un abismo. Del Punset me gustan sus programas pero no es mi gurú.
    En cuanto al punto dos estoy de acuerdo y de gilipollez nada.
    Feliz año nuevo.

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  5. Todo espejismos. Muy interesante entrada!

    Feliz año a usted también.

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