martes, 10 de abril de 2012

Antes te gustaba la lluvia

- Antes te gustaba la lluvia…

- ¿Antes?

Marcos no lo había pensado nunca. No al menos, en términos temporales. ¿Cuánto tiempo habría pasado? Para él no mucho, desde luego. Se asustó al percatarse de aquello. ¿En qué lo había gastado? En verlo pasar, posiblemente; su vida era insustancial y aburrida. En realidad, la vida de la mayoría de las personas son así. La gente nace, crece, se reproduce en función de su estatus socioecónomico y su atractivo físico, consume en relación a sus ingresos salariales y muere más o menos rodeado de gente según su nivel de simpatía en vida. Marcos no había tenido excesivas reproducciones, a decir verdad las suyas eran escasas y fugaces; su consumismo era mínimo y se articulaba en torno a los aspectos básicos del hombre moderno: comida, vestimenta y algo de cultura fast-food, seguramente su entierro sería rápido y poco concurrido. Su vida era un auténtico coñazo, en realidad muchas vidas occidentales son así, aunque la gente no repara en ello. Existen fluctuaciones en la variable consumismo, pero el leitmotiv vital no varía. Incluso las amistades pertrechadas en el transcurso existencial pueden verse como la defensa del ser humano a no permanecer en soledad. Vivir solo es aterrador para muchos hombres y mujeres europeos, pero aún lo es más la idea de morir solo. Por eso las religiones siguen cumpliendo perfectamente su función: crean imaginarias sociedades hermanadas que compartirán un mismo destino, y en ese sentimiento común se cruzan, se conocen, se apoyan… Por eso la gente no muere sola aunque haya existido aislada toda su vida. A decir verdad el ser humano no es gran cosa.

- Sí, antes te gustaba la lluvia. No sé, el olor a mojado, el Sol cuando salía después… O eso me decías

- Debía ser porque estaba enamorado

Y el uso de aquella palabra derrumbó el alma a Marcos. Debía seguir existiendo alguna realidad humana experimentable que describiera el empleo de ese término. Realmente se seguía usando en novelas enfocadas para el gran consumo y como hilo conductor de series televisivas para el público adolescente. Incluso el tiempo había pasado por ahí, modificando las perspectivas y ampliando los horizontes humanos. Ahora estaban de moda las series de factura estadounidense con argumentos fantásticos y en la literatura de masas se venía observando una ligera revitalización del género histórico. Ni rastro de Dostoveksy o Dickens, el realismo literario estaba hundido desde hacía décadas en los grandes nodos consumistas mundiales. Marcos no recordaba haber leído la palabra “enamorado” en sus novelas y sí le parecía que hablaran del amor. Cierto que sus autores preferidos fueron todos alcohólicos y acabaron con su vida. Sea como fuere, se seguía empleado esa palabra, aunque no tuviera una definición clara.

- No sé… pero antes te gustaba la lluvia

3 comentarios:

  1. Yo no sabría definir lo que es estar enamorado. Te gusta la lluvia?
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. El tiempo nos cambia o nosotros cambiamos con el tiempo? La eterna pregunta.
    Antes, después... ¿Qué es eso? ¿Existe?

    ResponderEliminar